Crear un Origami desarrolla la motricidad fina, ayuda a mejorar la concentración, la memoria, la visión espacial, la creatividad y ejercita la virtud de la perseverancia. Además, su práctica refuerza la asimilación de conceptos geométricos y matemáticos, ya que sobre ellos asienta sus fundamentos.
Por todo ello se trata de una actividad muy recomendable para enseñar a los más peques y por qué no, divertirse también con ellos creando diversos animalitos y otras figuras con papel.
Hoy, en el cole, hemos hecho estos simpáticos gatitos con los alumnos de 3º y 4º. ¿Os gustan?
Si os animáis, en el siguiente enlace encontraréis un sinfín de figuras fáciles y no tan fáciles para los papás que se animen.